miércoles, 29 de enero de 2014

Los ojos del dragón - Stephen King


En la historia aparecen varios personajes que iran aparecendo recurrentemente en otras historias (como la saga de La torre oscura, La tienda o Apocalipsis). La lectura es cómo las clásicas de los libros de King, planteamiento largo, donde nos va dando pistas y presentando a los personajes, para luego pasar a la acción de repente, y estar pegado a la historia hasta que acaba.

Si eres un fanático de Canción de fuego y hielo, esta novela te puede interesar porque en algunos aspectos es muy similar a la época en el que los Stark llegan a Desembarco del rey.


Se trata de una novela de King bastante atípica. Al parecer tuvo su origen en un comentario de una de las hijas del autor, que se quejó de que su padre sólo escribía libros de terror que a ella no le dejaban leer. Así pues, Los ojos del dragón no es una novela de terror como las que King suele escribir, sino una típica historia de fantasía épica, casi un cuento de hadas, con sus reyes, príncipes, magos malvados, sirvientes y amigos leales, horribles conspiraciones... No obstante, la cabra tira al monte, y algún momento que raya el terror sí que aparece hacia final, cuando Flagg ve tambalearse todos sus planes. No en vano, no es la primera vez que un personaje con el nombre de Flagg aparece en las historias de Stephen King, siempre como encarnación del caos y del mal absoluto. Como es de esperar en tales circunstancias, los planes de Flagg no se limitan a eliminar a sus enemigos y acumular más poder para sí mismo, sino que busca la destrucción total de todo lo que es bueno y próspero en el reino de Delain.

Enfrente suyo tiene al príncipe Peter, un joven íntegro y valiente que habrá de soportar horribles persecuciones e injusticias causadas por las conspiraciones de Flagg. Y esa es la principal debilidad del libro. Flagg es muy malo y Peter es muy bueno. Demasiado. ¿Hasta qué punto se puede simpatizar con un personaje tan perfecto? Eso sí, King es hábil preparando el terreno. Asistimos a la educación que, hasta su prematura muerte, la reina Sasha trató de darle a su hijo. La bondad de Peter llega a hacerse creíble a partir de ahí. También ayuda el tono en el que está contada la historia. King escribe como quien está contando un cuento, con frecuencia interpelando y dirigiéndose directamente al lector. En ese sentido recuerda un poco a La historia interminable. La atmósfera de cuento de hadas está muy bien lograda y hace que sea fácil meterse en la historia.
Existen otros personajes bien dibujados. Desde Dennis, el simple pero leal sirviente que sin embargo empieza siendo un cómplice involuntario en los planes de Flagg, hasta el juez Peyna, que dedicó su vida al servicio de la ley y la justicia en Delain para tirarlo todo por la borda al equivocarse en el veredicto más importante de su carrera. Mención especial merece Thomas, el hermano menor de Peter. Asistimos a su frustración por vivir siempre bajo la sombra de su perfecto hermano. Su padre le quiere pero no puede evitar prestar mucha más atención a Peter. Incluso los gestos de amabilidad hacia él del propio Peter se convierten en motivo de humilación para Thomas. Es un personaje débil, que se acaba convirtiendo en elemento necesario en los planes de Flagg pero a pesar de eso concita más simpatía y lástima que rechazo por parte del lector. Sus actos están determinados por las circunstancias de su vida. Defectos tan humanos como los suyos y los de su padre, el viejo rey Roland, compensan la unidimensionalidad que en algunos momentos muestran Peter y Flagg.

En conclusión, estamos ante una historia sencilla y sin excesivas complicaciones. Es apta para lectores jóvenes pero también se hace una lectura ligera y muy agradable para lectores adultos. Tiene muchos de los ingredientes típicos de este tipo de relatos: reyes, príncipes, magos, injusticias a reparar y una historia de amor. El elemento fantástico existe pero forma parte del escenario de la historia, más que del núcleo de la misma. Cuando se cuenta una historia relativamente convencional como ésta, sólo puede funcionar si está bien contada, y Los ojos del dragón cumple este requisito.

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